lunes, 3 de diciembre de 2012


Elogio a la locura de la patria, mujer


Y heme aquí tras miles de batallas y cientos de derrotas,
detrás de un cristal de un vehículo que demarca el andar de los pueblos,
soñando cabalgar en el lomo de aquel blanco corcel,palomo,
tras 200 años  de historia con la espada firme y alzada al cielo,
las miles de vidas y resurgir de todos los cantos de gloria.
Añorando ver de nuevo esos negros luceros tras un mar de desesperanzas,

esos tus negros ojos, como el petroleo que emana de nuestra tierra,
y tu rostro compaginante con el dulce amanecer rojo de nuestra América,
tus pechos como las altas cúspides de la cordillera andina,
y tu abdomen desdibujando a lo lejos la llanura de aquel bello paisaje
que atraviesa  el sendero oriental de mi amada Colombia.

Tus caderas prominentes de donde emerge el tenue mar 
y las extensas amplitudes acuíferas en el continente de tu ombligo;
como no pensar en tu desordenado cabello suelto a la vida 
idéntico a los manglares de la selva Amazónica,
tu torso suave al compás de los desiertos,
en el entredicho esplendor de tu piel a merced de los vientos.

tus labios bermellón, furor de llamas en los campos extensos de pie en el trigo,
y la esplendida trinchera de tu espalda en donde combate el deseo contra la moral,
la ética con la gloria de penetrar en tu pensamiento,
clamando la victoria de los pueblos que gritan a sangre y vientre su justa lucha,
es precisamente el amor oculto , amor que determina los sentimientos
tras los rostros de los invisibles cuerpos en el alto cielo, allá en la serranía,
espero que ames tanto esta patria, como lo que yo te ofrezco...


Para forjar esos lazos de unidad y alianza que marque el rumbo y surco,
donde nazcan  las semillas y germinen los frutos de amor
llenos de esperanza terrestre en la pradera de color de cobre,
insignia de la libertad en tu cuerpo de mujer, amante y compañera.

  R.R. (APL)

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